agosto 15, 2009

Al otro día [segunda parte] 2006


Los pequeños hombrecitos, estudiaban las extrañas actitudes humanas. Observaban a un hombre grotesco y rechoncho, que echaba baba por la boca y golpeaba su cabeza contra una máquina traga monedas.Un humano de unos 48 años vestido elegante, rascándose los testículos mientras un niño casi desnudo lustraba sus botas. Cuando de repente un golpe de un sonido brusco y fuerte, desató cientos de llantos y gritos de dolor, y cubrió las calles de sangre.
Aves metálicas defecando fusiles y bombas sobre una ciudad completa. Una anciana lloriqueando no paraba de repetir ¡Gracias a Dios que no me ocurrió nada a mí! ¡Dios sabe porque hace las cosas! Los pequeños, miraron con desprecio a la vieja. Son inteligentes, y sabían que no era obra de Dios, que Dios es obra de humanos y esas estúpidas aves también.

Se espantaron de estudiar actitudes tan idiotas. Alistaron nuevamente sus maletas, tristes y desilusionados decidieron regresar.

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